Viaje a Esquivias, Carranque y Toledo con 1º ESO

A las 8:15 del 25 de noviembre los chicos y chicas de 1º E.S.O. ya esperaban impacientes para subir al autobús y comenzar así su pequeña aventura.

A las 8:30 tal y como estaba previsto iniciamos el viaje, no sin antes cerciorarnos de que los 42 alumnos estaban presentes.

Para mantener distraídos a los muchachos, Jesús propuso un juego, que consistía en que los chicos mostraran delante de los demás sus dotes artísticas, cantando o contando chistes. Al principio les daba un poco de vergüenza, pero enseguida se fueron animando como era de esperar.

Casi sin darnos cuenta habíamos llegado a Esquivias, nuestra primera parada.

Allí pudimos ver la iglesia donde se casó Miguel de Cervantes y también el acta matrimonial que corrobora este hecho. A continuación, nos dirigimos a la casa donde vivió el escritor; acompañados por una guía hicimos un recorrido por la vivienda. Los chicos en general mostraron bastante interés, sobre todo por los utensilios de labranza; algunos los conocían de haberlos visto en casa de sus abuelos, aunque no siempre acertaban con el nombre (hubo alguien que a la romana le llamó romera).

Había que reponer fuerzas, y qué mejor que un buen bocata; ya eran las 11 de la mañana y teníamos que volver al autobús para llegar cuanto antes al Parque  Arqueológico de Carranque. Allí nos esperaba Miriam, para mostrarnos el yacimiento descubierto en 1983 por un vecino del pueblo. Hicimos un recorrido por la casa de Materno, una mansión que servía de vivienda, y quedamos fascinados con los mosaicos que la decoraban, y sobre todo impresionados por el buen estado en el que se encuentran.

Eran las 2 y los chicos estaban impacientes por llegar a Luz del Tajo; creo que para ellos era el momento más esperado del día. Antes de las 3 ya habíamos llegado al centro comercial. Les dimos tiempo libre para que hicieran sus compras y Jesús y yo nos fuimos a comer. A las 16:30 nos reunimos todos en la entrada principal para ir a visitar la Catedral de Toledo. Se notaba que ya estaban algo cansados porque en varias ocasiones tuvimos que llamarles la atención por montar escándalo en la calle.

Visitamos la Catedral, y a las 6 subimos al autobús para regresar a nuestras casas.

El bullicio estuvo presente durante todo el viaje de vuelta, y por este motivo,  más de una vez tuvimos que levantar la voz, pero después de todo es algo normal, estaban eufóricos.

Fue una experiencia muy agradable, tanto para los alumnos como para nosotros, y va a ser cierto eso que se suele decir: “en el fondo son buenos chicos…cuando duermen”.

Marta